"¡Aguarda al Señor, cobra ánimo y alienta ese tu corazón
Busca al Señor...
No lograrás gran cosa para el Señor si te esfuerzas por hacerlo todo apoyado en la fuerza carnal y en ti mismo, en lugar de detenerte y pensar: "Veamos, Dios, ¿qué quieres Tú que haga?"
Uno de los mayores problemas que tenemos casi todos es sacar conclusiones precipitadas
y tomar decisiones repentinas e irreflexivas sin aguardar al Señor. ¡Así que no te precipites a actuar con tus propias fuerzas, impacientemente y olvidándote de orar!
¡Busca al Señor!
No saques conclusiones rápidas, pensando: "Pues claro, es evidente que tenemos que hacer esto".
Pregúntale al Señor y asegúrate primero. ¡Y recuerda que Dios casi nunca está apresurado!
Sus mayores obras toman tiempo.
Dios demora en hacer crecer una flor, y hasta para pintar un atardecer Así que cuando no estés convencido de algo y no hayas comprobado que sea voluntad de Dios, lo mejor que puedes hacer es aguardar a que el Señor te lo revele de alguna manera.
"¡Aguarda al Señor, cobra ánimo y alienta ese tu corazón!
e esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas", ¡en vez de agotarse!
"Levantarán alas como las águilas.
Porque los que han creído han entrado en el reposo."